por Fabian A. Gonzalez A.
Recordando, con mi amigo Octavio,
los tiempos aquellos de la peste
La garganta de la tierra
Traga seca
está sedienta
Su piel se agrieta
Sonidos de viento tibio
Susurran débiles tormentas
Lejanas
Inciertas
Inhalo el aire roto
Respiro esta pausa
Yo como vos
Me quedo en casa
La ventana me pinta
abril desierto
¿Traerá agua esa nube
En su blanco cuerpo?
Hoy habrá cena en la terraza
Fiesta en la sala
Llanto en la ducha
Calor en la cama
¿Qué palabras le robarás
A este abril
Amigo
Desde el corredor de tu casa?
Afuera el ángel de la muerte
Camina desnudo
entre gente que se rinde
Desesperadamente
Abejones se adelantan
Jigüirros claman
En la calle desierta
Solo caminan los que trabajan
El viernes muere el Cristo
Algunos se irán antes de que nazca
Tal vez llueva ese día
Como los viernes que el Cristo sangra
Tu casa no está lejos
Amigo Octavio
Las paredes aún se tocan
unen el barrio en su abrazo
No estoy solo
Tengo tu poesía
Saldremos después de abril
Y seremos “Uno en la llovizna”1
La canción de la cigarra
Que une tu casa con la mía
Le añade a la distancia
Un aire de cercanía